PIEL AZUL

Durante las mañanas, mi cabeza se queda en la almohada mientras yo avanzo por la pieza, con el peso de los sueños deambulando entre mis piernas, las manos con olor a cuerpo, el pelo bañado en baba, la hora avanza, despierto de a poco y descubro que el cielo no es violeta y que no puedo volar, que las alas se quedan en ese mundo onírico y que no hay nadie que me abrace cuando los días son más oscuros que las noches y las sombras veloces se aproximan a mi lecho. Son elecciones, me digo y hasta me repito. Los pasos al otro lado de la puerta, la ropa tirada en el suelo, huelo mis sobacos, ¿será necesaria una ducha?, (pensamientos amontonados), no, no es necesario, no quiero despertar.Pero van muchos días sin agua y el agua… el agua me gusta, me gusta sobre mi cuerpo, me gusta entrando por mi garganta, me gusta nadar y sumergirme, dejar la gravedad… Voy por una toalla mientras hierve la tetera . Bajo la ducha, los pensamientos se mezclan con las canciones y uno que otro poema. Observo mi cuerpo, cada día despierto con la misma sensación de quedar allá, de quedar en un lugar… en qué lugar, en algún lugar sin suelo ni calor ni frío, en un lugar en donde las personas se mezclan, no se reconocen, todos guardan silencio y los ojos lúcidos contemplan, contemplan el tiempo que no es tiempo, la realidad irreal de los sueños…
El agua sale caliente, la toalla aún está húmeda, la tetera hierve y se hace tarde… siempre se hace tarde, pero yo no tengo prisa, no voy a ningún lado, deambulo, me tropiezo, coincido con gente y les doy algo de mí y recibo algo de ellos, tengo los bolsillos llenos y el corazón marchitado de recuerdos que a veces me dan risas y otras… las otras veces se olvidan cuando los árboles amarillean o florecen, las lágrimas siempre se secan, después de todo no son más que agua con sal. Prefiero verlo así… prefiero disfrutar de la vida cada instante y sentir fluir el viento por entre mis huesos que se desquebrajan cuando hace mucho de cualquier cosa, cuando se siente tan intenso, cuando se suspira desde adentro, cuando me derrito con unas manos suaves que se pierden, se escabullen, todos se escabullen y no detengo nada, nada me pertenece, no quiero ninguna propiedad. Me gusta mirar sola las nubes pasar por el cielo y las estrellas aparecer una a una. No quiero responder por nada, no quiero dar explicaciones, no quiero responsabilizarme por ningún sentimiento, a penas puedo con los míos… a penas puedo con mis miedos, con mis angustias, con mis cariños perdidos… No, no quiero ninguna propiedad, me desprendo, desarraigada hilo mi mente y emociones a penas respirando, no quiero ser de ningún lugar, secar mi pelo con la toalla húmeda, caminar desnuda y escuchar una dulce canción de amor… El amor que se hace infinito dentro y se acaricia, se huele, se sabe, se abraza, pero que nunca permanece,aunque suele extenderse bajo los pies mientras caminamos... quizás soy ligera, efímera y superflua, quizás soy más simple que todo eso… Mi corazón no sabe detenerse y mis ojos miran mucho, puede ser que me distraigo demasiado. El déficit atencional, he oído. Me dicen que se hace tarde y apenas llevo puesto calcetines, si saliera así, hace calor...un simple vestido que el viento levanta, quizás con suerte me elevo junto a él en algún parque y me encuentro con alguna momentánea compañía, entregar todo lo que llevo, aunque sea por un rato, no tengo nada que perder, lo que conservo en los bolsillos solo son pedazos de otros que se han incrustado en mis fibras durante largas noches de desvelo y amenas conversaciones… amenas conversaciones y linda música… querer tanto como se pueda, intensamente, el tiempo que sea posible, danzando por entre las sábanas y riendo de nuevo, ardiendo en hogueras de sonrisas y caricias, de palabras acogidas...
Me quiero pintar la piel azul, a veces me siento así, como un reptil lleno de verdes que descansa bajo el sol. Todo se entrecruza, todos huelen y se van... quizás soy amarga y no dulce, quizás la ternura solo se ha quedado en mis dedos. Se hace más tarde, pero mi corazón desconoce el tiempo y los juicios me son ajenos.

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