MANZANA PODRIDA

Te pedí que me pasaras una cuchara pero parece que desde allá nada se oye lo que digo, digo desde allá como si fuera una distancia indestructible y tus pies rozan mis manos. Aunque a veces estás adentro mío, no puedes oír que necesito una cuchara, quizás la voz se me ha ido, quizás enmudecí y nunca lo noté, quizás me perdí en el dolor, quizás no es una cuchara lo que necesito y tú no quieres escuchar que pido lo que no necesito y que no sé lo que de verdad es nada. Puede que suene absurdo todo esto, pero me desespero y siento con urgencia que necesito una cuchara, quizás también necesito un cuchillo, si pudieras pasármelo sería todo más simple, si pudieras ayudarme, pero ahora eres sordo o yo soy muda, quién sabe, si hubieran otros seres en este mundo que nos acercarán, que conciliaran nuestra inquebrantable lejanía cercana.

Amarrada aquí sintiendo rozar tu piel, a veces sonrío, pero necesito esa cuchara, necesito rasgas mi piel y romper mis huesos y arrancar la podredumbre que tengo dentro, que crece a cada instante, que a veces no percibo, pero que me impide a cada momento, me impide respirar, ser , sentir, existir y quererte un poco más ahora. Autodestrucción.

Podredumbre acumulada, tú un poco luz, a penas visible, la apaciguas otro poco, vibra y me retuerce abandonada por mí misma, por ti que no me oyes. Tiempo y distancia, desamordazarme y desligarme sería un buen primer paso, elegí este sueño, a veces tornado pesadilla de caminos grises y polvorientos, elegí ese pequeño mundo contigo, ese instante de cada día compartido, involuntaria sequedad del alma que siento, que lamento como lamento esta vida medio muerta que vivimos por las noches y las mañanas en orden y dormidos. Aunque nada es para siempre, comprendo a las manzanas tiradas bajo el sol que ven carcomer su dulce carne por los gusanos y por el tiempo mismo que se acerca y se pierde, las traiciones no queridas, la cogiste creyéndola jugosa pero la abandonaste olvidada bajo el sol y se pudrió y tú (otro tú, que puedes ser el mismo) la haz cogido sin importarte su estado de descomposición, quizás eres tan vagabundo como yo, que solo quiero una cuchara, y la tomaste por necesidad, aun estando podrida.

¿Se podrá arrancar la parte podrida con la cuchara y sanarla o más vale tirarla para que abone las plantas? Quizás mientras cae al suelo o a la nada, sienta que vuela mientras todo acaba. Tiempo y distancia me dice otra voz dentro mío, acaso no necesito la cuchara solo andar por ahí sola y volver cuando nueva carne ocupe el espacio de la podrida arrancada, volver con un nuevo atuendo, con caricias limpias, espero que me esperes cuando pase el frío, cuando no necesites quien entibie tus pies en las noches de invierno, espero que me esperes cuando vuelva mutilada, cuando sea evidente mi estado de descomposición, cuando me falte lo que los gusanos se han comido (puede que sea todo lo que queda), espero , de verdad, que me esperes aunque sea puros huesos, espero que me esperes aunque no haya podido con esto, aunque no haya podido con nada, necesito tiempo y distancia y aunque esperar que me esperes sea solo un sueño, que más puedo esperar si vivo de eso, soñando despierta, pudriéndome por dentro, esperando que sea posible como todos los sueños que espero y pierdo constantemente cuando despierto. Parece que es mejor no esperar nada.

Comentarios

Entradas populares de este blog

CRISIS

Decidir por la muerte

El derecho a la fuga