El reloj blanco

La habitación se llenó de humo, la tos de la niña me despertó, no entendía muy bien lo que pasaba, no podía razonar claramente pero atiné a tomarla en mis brazos y salir de ahí, ella se veía mal, su frágil cuerpo de tres años estaba sin fuerzas, lánguido caía sobre mí, no pensé nada hasta que me vi rodeado de llamas con miedo entonces recordé a dios, a mi familia y a amigos, pensé en la pequeña y corrí por entre las llamas con la niña en las manos, traté de levantarla lo más posible para que no sufriera ningún daño, no tenía claro cuan largo era el callejón de fuego pero corrí con toda mi energía sin parar, cuando escuche voces diciendo “ahí viene” y vi unos ojos angustiados que corrían hacia mí caí desvanecido sobre el pasto mojado.



Desperté en el hospital sin entender nada, los focos segaban mis ojos y mientras las imágenes de las llamas se aglomeraban en mi mente el dolor más fiero se apoderó de mi cuerpo, grité y una enfermera se acercó a inyectarme algo que me calmó, no dejaba de llorar y no podía emitir más sonidos que alaridos llenos de frustración, mientras me veía vigilado por guardias y policías, mi madre sentada lejos de mi quería entrar pero era impedida por personal policial.



Me dormí sin entender nada.



¿Qué? Yo sólo quise salvarla, estaba cuidándola mientras su madre, que además es mi mejor amiga, tenía una cita. ¿Cómo pueden creer eso?, Llámenla, no puede ser que ella crea esas mentiras, qué razones podría tener yo para hacerle daño a… y cómo está la niña… No, no puede ser, mierda, yo sólo quería salvarla a ella… yo sólo quería salvarla a ella.



No sé cómo empezó todo, no sé, la niña terminó muerta esa es la verdad y yo, con la mitad de mi cuerpo quemado y una sentencia que oscurece mis días, una sentencia que agota mi vida, que me deja solo, sin amigos ni hermanos, solo con mi anciana madre que llora atrás de un vidrio cada semana y que me visita sin creer en mi inocencia que es la única verdad que poseo. Ellos dicen que las pruebas son certeras y mi abogado que lo mejor es que asuma todo… ¿asumir qué?...




Cómo pueden creer eso. Sí, yo estaba enamorado de Antonia, la amaba con todo mi corazón y preferí ser su mejor amigo antes de nadie en su vida, pero jamás podría haber hecho tal cantidad de… no puedo entender, claro que no, cómo piensa que he sido capaz de… vengarme ¿yo? De qué, nunca he querido nada…
Piense lo que quiera…
Mamá necesito hablar con ella, ella está muy afectada, hijo, no quiere ver a nadie menos a ti después de lo que hiciste… pero si yo no hice nada…
Yo no hice nada…



El reloj blanco y circular me mira… mis manos blancas y negras están atadas a duras correas, esta noche no soy sólo yo… está noche soy la sombra de la muerte en la mirada de todos, he revivido cada momento y me siento impotente, mudo, mi vida… tan sólo respirar, tan sólo mirar, tan sólo… ya no me queda nada, mi llanto nadie lo entiende y mis súplicas son miradas con desprecio… entregaran mi mente al vacío, me han declarado culpable… y qué puedo hacer más que esperar con angustia, de todas maneras prefiero eso a estar encerrado mil años esperando… esperando qué ¿morir?. Antes o después da lo mismo, de todos modos ya han matado todo lo que soy y lo que tengo, mi cuerpo es sólo el último paso.

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