Seguí caminando

Camino por estrechas y húmedas calles, húmedas calles de mi interior, que se abren ante mí suavemente, aventuras internas, juegos, recuerdo que mi corazón se ha ido con el viento, se ha desintegrado en ese pequeño espacio que se le tienen asignado, mis mejillas tienen las líneas suaves de una sonrisa pero bajo la piel ya no hay nada, todo se perdió en ese dulce instante que mi mano tocó tus ojos cerrados por última vez, y sí, juego en oscuros callejones, juego a encontrarte una vez más, la soledad ha golpeado mi pecho tantas veces, pero nunca temí tanto, las murallas se alzan a mi alrededor y una fría hierva sube por mis piernas y se mete por mi boca hasta mi garganta, me han arrancado la lengua y mi corazón antes tan inquieto ya no se estremece con los efímeros goces del amor, no puedo no temer, no quisiste volver abrir los ojos para mí, tus brazos se congelaron en un abrazo tan cálido que nos prometió, nos hizo sentir hondo y de verdad, pero toda se desvanece frente a mi, mil imágenes se asoman fugaces, me apuñalan y se retiran, sé que volverán, el suelo se hace lejano y este volar ya no es agradable, me inquieta la incertidumbre, no hay nada más frente a mí ahora, has tirado con una cuerda todo y la oscuridad de este lugar me asusta, cómo aprendo a caminar a tientas si siempre hubo tanta luz, no quiero perderme en este dolor, quiero que las húmedas calles de mi interior se sigan abriendo, quiero seguir deambulando por ahí, descubrir nuevos rincones e inventar nuevos juegos, imaginar que existen muchas posibilidades, el viento no secará la humedad que riega las hierbas que crecen en mí y en las que te dejé reposar tantas veces, los capullos volverán a florecer y mis ojos con otros brillos se sorprenderán, he aprendido a remendar el desastre que tu dulce amor, que tu tierno amor, que tu bello amor dejó en mí… me ha gustado tener toda esa locura, pero, cuando te fuiste de ese modo, todo perdió sentido y no supe cómo empezar a poner todo en su lugar, volver a empezar… nunca volver a empezar… aunque está todo más limpio ahora, las cicatrices y las grietas me recuerdan lo hermoso que fue y el dolor que punzaban hacía mi poco a poco se va, fuiste un buen amigo, no quiero que vuelvas a abrir los ojos para mí, esta vez no, buen camino, tu mundo estará lleno de nuevas y buenas aventuras y yo construiré el mío como siempre, aunque no sea como siempre, buen momento aquel en que todo perturbaste, en que mis piernas se hicieron agua viéndote frente a mí, buen aroma tenías, suave piel la tuya con la que cubrí mi cabeza de tantas lluvias y mi cuerpo de tantos inviernos. Seguiré caminando, sólo en eso pienso ahora.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El impulso

Decidir por la muerte

quien fui