corazones en mi croquera

Las dulzuras que abrazamos con el pecho abierto, los ojos cariñosos, las miradas que penetran, los dedos entrecruzados, desaprender los sentimientos, las posesiones, los deseos que aparentan venir de las entrañas, pero no, son productos de la educación y de las canciones que me cantaron y cantas y canto… desapego en ternura y comprensión, valorar los sentimientos diversos y genuinos, la reciprocidad no implica exclusividad me repito mientras dibujo corazones en mi croquera… el cariño no exige expectativas, escucha, crece, muta, sin miedos ni frenos… yo, mi cabeza, mis piernas, mis manos, la intensidad de mis pasiones, los corazones que laten mientras brotan malezas indómitas en mi pecho, las tazas añejas en medio del bosque, las deconstrucciones…. No perder la ilusión… a veces pienso en el temor que me da elevarme a las nubes, una amiga me confiesa que podemos elevarnos pero con paracaídas, porque no es tan bueno acumular fantasías ni esperar nada… por suerte sé que construyo mi rumbo para mí de a poco de momentos felices y dulces compañías, en este camino que inicio quiero establecer alianzas efímeras pero no por eso endebles… respetuosas y solidarias… amistades hechas de amor, aprendiendo a decir las cosas, mirarse a los ojos, cuidarse el cuerpo y el corazón que se torna vulnerable con las sonrisas, darse el tiempo de valorar los momentos especiales, no desear ser especial porque ya lo somos, siempre lo somos, todos somos distintos, todos somos especiales, ningún amor está sobre otro… humildad…mirar a los ojos con claridad… negarse al enajenamiento, la evasión de las tormentas en el romance y los recuerdos de los besos, a ratos rememorar, a ratos olvidar y enfocarse en el camino y en los pies, siempre tropezaremos, siempre habrán nuevas dudas, pero no quiero detenerme, me gusta mis pies en la tierra, me gusta decir lo que quiero, hacer, decidir, esta es mi vida, mis tiempos, mis dedicaciones… mis amores, mis órdenes… mi momento.